miércoles, 10 de diciembre de 2008

UN TANTO BIZARRO.

En la esquina de la Avenida Córdoba y Junín, se encuentra la plaza Housey. Esta es conocida por la infinidad de puestos callejeros, donde artesanos de diferentes nacionalidades, ponen en venta el resultado de su imaginación.
Hay diversos puestos, pero hay uno en particular que llama la atención. Latas de cervezas, de marcas conocidas como Quilmes y Brahma, se convirtieron en la musa inspiradora de Juan, un colombiano, que todos los días pone a la venta, vasos-lata, como a el le gusta llamar.
La gente frena en el puesto de Juan, los mira, son simples, pero raros, son las típicas latas que cualquiera compra en un quiosco, pero tienen manijas doradas, las que le dan un toque distinguido y original.
Los vasos-lata, cuestan $12, el que los compra tiene la posibilidad de elegir si lo quiere envuelto para regalo o prefiere llevárselo en una bolsa de plástico. En estos vasos se puede tomar cualquier bebida, pero según Juan, la cerveza en uno de ellos tiene un sabor especial.

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