miércoles, 10 de diciembre de 2008

RODOLFO WALSH: El periodista valiente


Flaco, no muy alto, cara huesuda y de buen semblante, eran los rasgos que identificaban a Rodolfo Walsh. Un luchador nato, un escritor y hombre valiente, que alzó la bandera de poner en palabras lo que se pensaba.
Walsh levó una vida vertiginosa, desde su niñez en Choele-Choel hasta sus últimos días en su casa de San Vicente, junto a Lilia Ferreira su mujer y compañera de vida.
Sabía divertirse y hacer divertir a los demás, halagaba a los que respetaba. Se definía como un “gozador de la vida”. No se privó de nada, creó vínculos indestructibles entre elementos que otros no habían podido unir: periodismo, ficción, verdad y justicia.
Rodolfo Walsh se animó a decir lo que muchos callaban y desafió las mentiras de la autoridad.
Militante de la organización montoneros, hombre claro y estratega, supo ser un gran escritor sin dejar de lado su forma de pensar. Utilizó la literatura como disparador de temas donde la justicia no existía y decir la verdad parecía un delito.
Las cosas que más quería eran: Lilia, sus hijas, el trabajo oscuro que hacía , los compañeros, el futuro, los que no obedecen, los que no se rinden , los que piensan, forjan y planean, los que actúan, la revelación de lo escondido, la alegría de todos, la gente abrazándose, el amor de pareja y la esperanza.
La Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar, fue la última pieza que movió Walsh, testimonio revelador y preciso, que le costó la vida el 24 de marzo de 1974, día que el gobierno militar cumplía un año de mandato.

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