miércoles, 10 de diciembre de 2008

Los locos queribles crecen y avanzan pero la ayuda económica se hace esperar






La radio es reconocida y distinguida por diversos especialistas de diferentes países. Pero si de beneficios se trata “los colifatos” no cuentan con la colaboración para poder sustentar los gastos y pagar la financiación.

A la hora de alagar y premiar lo realizado por radio La Colifata no faltan oportunidades. El resultado de lo que sale en el aire, es el producto del trabajo constante de su director Alfredo Olivera y su equipo, junto con la incondicionalidad de los internos del Hospital Borda.
En sus 17 años de “vida” la radio generó efectos favorables en los internos y logró romper en la sociedad mitos y temas tabúes relacionados con la locura.
Pero para La colifata no todo se basa en premios y reconocimientos. Su situación económica no es alentadora y cada año es un gran dolor de cabeza conseguir el dinero necesario para pagar el financiamiento de la radio. Tanto el Hospital Borda como el Estado, hacen oídos sordos a las necesidades de la radio, optando por no aportar ninguna suma de dinero.
“Estamos en un desastre económico. Somos famosos, conocidos, participamos en un montón de congresos, pero hoy no recibimos financiamiento de nadie”, expresó el director de La colifata, Alfredo Olivera, a Página/12.
El grupo Manu Chao tiene una relación especial con este proyecto. En 2006 la banda organizó un recital a beneficio. “Gracias a esto se financió el 65% de la radio” expresó Olivera en una nota dada a principios de mes. Este año la banda, lanzó a la venta su disco “La radiofonía” donde todos los beneficios económicos serán destinados a la radio de los internos del Borda. “Me han abierto puertas, me han hecho soñar de mil maneras diferentes” enunció el líder del grupo, Thomas Arthur Chao, a Clarín.
“En estos momentos de crisis ninguno de los especialistas se han ido, al contrario se ha sumado gente, pero la situación sigue siendo difícil”, expresó en una entrevista reciente, uno de los colaboradores, Pablo Cosani.
La realidad de la radio es esta, con todas sus vertientes. La colifata sufre de una marginalidad, que no tiene ningún tipo de relación con la aprobación de la sociedad. Acá la exclusión es de otra índole, la exclusión es económica. A pesar de los actos de beneficencia de algunos, lo cierto es que este sueño de los miembros del hospital camina de forma constante por un hilo delgado, que se puede cortar en cualquier momento.




El resultado de algo espontáneo
La radio más cuerda
Alfredo Olivera, su equipo y los internos del Hospital Borda, lograron construir con mucho esfuerzo La colifata.

Los sábados en el hospital Borda, se vive una fiesta en forma de radio, un encuentro que tiene como principales protagonistas a internos, ex internos, psicólogos, coordinadores y visitas. Una fiesta que dice llamarse “La colifata”, que comenzó en 1991 y todavía sigue de caravana.
La colifata comenzó siendo una columna en una radio comunitaria. Debido a su repercusión el público se encargó de elegir entre más de 40 opciones, el nombre para el espacio de los internos del Borda.
“A ellos les gusta llamarse “colifatos”. Parece que hay una diferencia entre el loco feo y peligroso y el colifato que ha logrado otra mirada desde el punto de vista de la sociedad”, expresó Alfredo Olivera-psicólogo y Director de la radio- a Página/12.
“Dejamos una marca en la cultura”, sostuvo Olivera en una entrevista realizada a principios de mes. En estos 17 años el equipo de La colifata ha logrado realizar un producto digno, mejorar la situación de los internos y despojar a los oyentes de esa mirada abrumada por los prejuicios en el tema de la locura.

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