miércoles, 2 de septiembre de 2009

“La mujer aún es discriminada”




La masturbación femenina existe, pero se oculta, se utiliza como el método más certero de autosatisfacción, pero todavía es sensible a la mirada de la sociedad, encasillando a la práctica como un tema tabú. Pudor, privacidad o miedo a ser juzgadas, lo cierto es que el clan femenino opta por dejarlo en lo más intimo y no arriesgarse a opinar sobre el tema.
Nadie mejor que un sexólogo para explicar, desde el punto de vista profesional, cuales son las verdaderas razones que han llevado a la masturbación practicada por la mujer a convertirse en un verdadero secreto de estado, cerrado bajo siete candados.
“La masturbación siempre estuvo ligada al hombre y a la mano y muchas mujeres logran la autosatisfacción con el simple roce de los muslos”, sostiene Juan Carlos Kusnetzoff y agrega “Una de cada cinco de mis pacientes confiesan, en la primera consulta, haber obtenido más de una vez placer por cuenta propia”.
La auto estimulación sexual no solo trae con ella la obtención del orgasmo. “El aprendizaje de la anatomía, la posibilidad de descubrir las zonas más placenteras y erógenas del cuerpo y la fisiología personal son alguno de los beneficios”, explica Kusnetzoff.
“Masturbación femenina” es un término conocido desde los años cincuenta, pero todavía hoy resuena y hace eco cada vez que se habla sobre el tema. “La masturbación masculina es socialmente aceptada porque la necesidad de los hombres es más notable y común, mientras que la masturbación femenina es casi innombrable” sostiene Juan Carlos Kusnetzoff y concluye “la mujer aún es discriminada”.

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