martes, 15 de septiembre de 2009

El refugio de la debilidad


Repercusiones y debate



La despenalización de la tenencia de marihuana para consumo personal despertó las más diversas opiniones. Las comunidades y centros para adictos hacen oír su voces y cuentan como viven de cerca la controversia del tema.

Por Clarisa D’Angelo

“Si mis cigarros tienen otro relleno por qué me miras mal. Si de la tierra crece hierba santa, por qué no la puedo fumar. Pagamos precios y riesgos muy caros para conseguir, lo que la naturaleza nos da, nadie nos debería prohibir. Yo canto esto para que me escuchen y se den cuenta que hay mucha gente que no quiere estar presa por fumar hierba. Somos una nueva raza, una nueva generación pongamos fin a esta tradición. Legalícenla”, repite en su tema Pity Álvarez, por ese entonces líder de la banda Viejas Locas, en un grito a la aprobación de la tenencia y consumo de drogas. Parece que el pedido del cantante, como de otras personas, hizo eco en la justicia Argentina al dejar firme el fallo que despenaliza el cultivo y la tenencia personal de Marihuana.
Este sacudón, esta noticia, reaviva la polémica y enciende el debate. ¿Qué está bien? ¿Qué está mal? ¿A favor o en contra? Lo cierto es que las Comunidades y centro de atención a drogadictos, además de lidiar con la falta de recursos y el colapso en cuanto a capacidad de pacientes internados (50 mil adictos en lista de espera para ser atendidos), caminan cuesta arriba ante la incertidumbre de saber cuál o cuales serán los efectos que dejará la despenalización.
“La institución no es ni pretende ser una cápsula aislada de las cosas que suceden cotidianamente. Los pacientes que se sientan afectados por el tema tienen la posibilidad de hablarlo con cualquier miembro del equipo de trabajo”, sostuvo Matías Zarate, Director Terapéutico de la Comunidad San Ignacio, ubicada en las afueras de la ciudad de Junín, Provincia de Buenos Aires y agregó: “Hasta ahora la despenalización no produjo prácticamente movilizaciones pero este trabajo es como tener una caja de Pandora en tus manos, uno no sabe con que se puede encontrar”.
Siguiendo con una misma línea de pensamiento y opinión, la Licenciada en Psicología, Viviana Acosta, especializada en el tratamiento con personas adictas, expresó: “La despenalización de la tenencia para consumo personal no modificará mucho el consumo de los jóvenes. El que es adicto va a consumir sea legal o no. Lo que cambia es si esconde la marihuana cuando sale a la calle o no. Si se cuida de la policía o no para consumir. Incluso para muchos el hecho de que sea algo prohibido le adicionaba un “gustito” extra” y admitió: “No creo que afecte a las comunidades, los pacientes son mayores y saben el alcance de la ley”.
A la hora de definir una postura sobre el tema, la incertidumbre que genera “saber que será de todo esto” gana a la experiencia de los profesionales, que en la mayoría de los casos eligen la cautela como arma de combate, ya que conocen los vaivenes de la justicia, las recaídas de los adictos y la inestabilidad de pensamiento del imaginario colectivo frente a dos palabras: tenencia y consumo.
“En una sociedad como esta en la que nada parece funcionar como minimamente debiese, desde lo social, lo educativo, lo económico y lo político me parece un desacierto. No se puede pensar en medidas de países con una estructura más sólida”, replicó Zarate.
Abriendo el espectro y dando una opinión fundada en su
conocimiento, Acosta, sostuvo: “Esta despenalización surge con el motivo de descriminalizar a los consumidores” y agregó: “En el país había un grave problema relacionado con
La institucionalización de jóvenes por vía judicial-sin voluntad propia- al ser encontrados consumiendo, marcándolos de por vida como delincuentes, ya que se les habría una causa en el juzgado, ante una sociedad que ya no los miraba de la misma forma”.
Despenalización y drogas se unirán por siempre para encender la mecha del debate. Para exponer, frente a los ojos de la sociedad, un tema delicado y frágil muchas veces relegado y estigmatizado. Para generar conciencia pública, para saber donde están los límites y madurar como país, respetando la decisión personal sin afectar a terceros.





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