miércoles, 6 de mayo de 2009


Información y compromiso

Dar es dar

Donar órganos es uno de los puntos de inflexión en la sociedad. Generar conciencia y derribar mitos es fundamental para aumentar la cantidad de personas que expresan su voluntad como donantes.

La sociedad responde ante los golpes, actúa frente a las injusticias, pero todavía le cuesta despertar frente a un tema que merece de atención y de respeto. Necesitar un órgano, recibirlo y ser transplantado hoy en día, no es tan fácil como decirlo. No es tan simple como pensarlo y mucho menos tan doloroso como padecerlo.
Son 5574 las personas que forman parte de la lista de espera de INCUCAI, pero mucho menor es la cifra de
Donantes reales que deciden expresar su voluntad. El miedo, la falta de información y la presencia de mitos suman complicaciones a un tema ya difícil y especial.
“Muchos de los casos en los que la gente no se manifiesta a favor de la donación de órganos se deben a la persistencia de algunos mitos y miedos basados en el desconocimiento, como por ejemplo “¿me sacarán los órganos antes de morir?”, o “si yo manifiesto que soy donante me pueden sacar los órganos en la calle”, expresó Pablo Rabotnikof integrante de INCUCAI.
Todas estas fantasías se asientan en la falta de información y se desvanecen cuando se conocen los datos reales. Solo pueden ser donantes de órganos quienes fallecen dentro de una terapia intensiva con diagnóstico de muerte encefálica -algo que se da en cerca de cinco casos cada mil-. Entonces, alguien que muere en la calle no puede ser donante de órganos.
Los mitos están y son muchos. Uno de los principales es si los órganos pueden ser vendidos y traficados y esto no es más que el reflejo de una grave falta de información.
“En cada operativo de donación y trasplante de órganos participan cerca de 150 profesionales, lo que da una idea de la magnitud que tienen los mismos y de la imposibilidad de realizar cualquier actividad fuera del sistema” sostuvo Paula Suárez, también miembro de INCUCAI.
La religión es otro de los puntos fuertes que se utiliza como justificación ante la negativa de expresar la voluntad como donante. Pero detrás de esta razón, se esconde el miedo o la falta de conciencia.
“Los que argumentan mediante la religión no es más que la muestra de un gran desconocimiento. Las religiones (católicas, judías y musulmanas) se manifestaron a favor de la donación como un acto de amor al prójimo”, remarca Manuel Lozano, voluntario de Red Solidaria.
Poner ante los ojos de toda la información necesaria para derribar estos pensamientos y desmitificar la donación de órganos, forma parte del trabajo de Red solidaria, que mediante campañas busca aportar ayuda a un tema que lo necesita y mucho.
Fiscales Solidarios, es su nueva apuesta. “Sabemos que debemos apuntar a todos los actos masivos para llegar a la mayor cantidad de personas posibles. En las elecciones de junio estarán los fiscales solidarios-gente que se postuló en forma voluntaria-que se encargará de mantener presente el tema y aclarar dudas para seguir generando conciencia”, expresó Lozano.
Es largo el camino que se debe recorrer, difícil y lleno de trabas. La unión de una sociedad demuestra fortaleza y expresar la voluntad como donante respalda el futuro. El futuro de las personas queridas y de las desconocidas también. Nadie queda afuera, a cualquiera le puede pasar.



Seguir luchando, seguir esperando

La vida no avisa de los momentos felices como así tampoco de los tristes. Simplemente cambia, da un vuelco de 360º y se encarga de otorgar un puñado de consecuencias que sacuden todo lo que forma parte de la historia personal de cada ser. Miguel Valero, 46 años, sabe de cambios bruscos y de giros inesperados.
En 1993 su historia dio una vuelta de página y comenzó a escribirse un nuevo capítulo, difícil y doloroso: le diagnosticaron cáncer de riñón. “Me dijeron diálisis y pensé no es nada en un rato me voy a casa, pero al segundo día me di cuenta que era más grave de lo que creía”, expresa Miguel Valero recordado como comenzó todo.
Luego de años de espera, el trasplante fue realizado y comenzó otra historia. “En 2006 me trasplantaron, fue difícil, pero era lo que deseaba. El nuevo riñón no se adaptó en mi cuerpo, me impedía estar bien y ver crecer a mis hijos por lo que decidí sacármelo y poder disfrutar de mi vida hasta donde de”, sostiene Valero y agrega “hoy sigo con diálisis y a la espera de un nuevo donante”. Ver a su padre luchar durante tantos años hizo que Alán (18) tomará la decisión de relazarse los chequeos médicos par ver si puede donarle uno de sus riñones. “Mi historia y la de tantos otros debe servir para que las personas se den cuenta que donar es necesario, para no depender de nuestros hijos y poder mantener las esperazas de vivir la vida”

1 comentario:

  1. clarisa lei tu nota con mi hijo alan ,la verdad es muy buena gracias x publicar mi historia,ojala sirva para q aparescan mas donantes aunque sea uno solo.miguel, un beso

    ResponderEliminar