miércoles, 31 de diciembre de 2008

FIN DE 2008, FIN DE UN AÑO INTENSO


En estas fechas es donde uno hace balances, saca cuenta de las cosas buenas y las malas, de lo que le sirvió y le trajo satisfacción y también de aquellos errores que no queremos volver a cometer.
Fin de año se trasforma en el resumen de aquellos intensos 365 días que vivimos, donde nada quedó librado al azar, donde todo tenía un significado y porque no un aprendizaje.
Terminar un año, comenzar uno nuevo no es algo tan simple como el cambio de un calendario a otro. Implica dejar atrás sentimientos, recuerdos, sueños y frustraciones; guardarlos y emprender viaje a lo que nos espera.
2008 no se privó de nada. Tuvo todos los condimentos y matices necesarios para convertirse en un año, que sin duda no quedará en el olvido.
Como país bailamos al mejor estilo de la conga. Dimos un paso para adelante y dos para atrás y así nos mantuvimos en la incertidumbre, boyando, buscando la forma de terminar de la mejor manera posible.
La gente habló, levantó una vez más la bandera de la igualdad, la justicia y la divinidad. Demostró frente los conflictos unidad y fortaleza, pero también división y diferencia.
El campo, las retenciones, el gobierno y los chacareros se transformaron en los verdaderos protagonistas de este año. Mostraron grandes actuaciones, donde combinaron el drama y la comedia llegando, en algunos casos, a rozar lo bizarro.
La presidenta demostró su veta como oradora, con una serie de discursos donde hizo uso de una forma picante de presentarlos frente al país. Cada uno de ellos generaba un efecto colateral, algo así como antes y un después, encendiendo y agrandado la brecha entre el gobierno y el campo.
Logró llegar al punto de instalar en la mente de todos lo imposible que era un dialogo entre la mesa de enlace y los representantes del pueblo argentino.
El conflicto hizo que se hablara de traición, llegó lejos, tanta lejos como al senado donde Julio Cleto Cobos, Vicepresidente de la Nación, tuvo en sus manos la respuesta que mantuvo en vilo al país.
Más allá de que el conflicto por las retenciones se llevó todas las miradas, no fue lo único que pasó en Argentina este año. La inseguridad, la corrupción y la
violencia estuvieron a la orden del día.
Los secuestros, las violaciones y el caso de la ruta de la efedrina fueron actores de reparto de una película que esta por terminar. Una película que comenzó allá por el 1º de enero y hoy esta mostrando sus ultimas escenas de un rodaje intenso, con grandes revelaciones y un público que no se quedó del todo conforme esperando que la segunda parte del film tenga un final feliz.

domingo, 14 de diciembre de 2008

En el hoyo, de Juan Carlos Rulfo


Pequeñas historias, grandes realidades

El documental refleja cómo trascurren los días
de un grupo de obreros a cargo de la construcción de
un gran proyecto: "El segundo piso", la autopista
que recorre el DF mexicano.

Lejos de bucar denunciar y exponer problemas sociales, Juan Carlos Rulfo, puso en voz y alma de este documental la vida, los sueños y los anhelos de un grupo de gente común, que lleva consigo un trabajo dificil de arduas horas y de poco rédito económico.
El film se basa en una realidad que existe, que está ahí, latente, pero desde un enfoque mas chato y común, tratando de mostrar otros vértices de una vida tan normal monótoma como parace ser la de un simple obrero.
Juan Carlos Rulfo, le da rienda suelta a los personajes, los libera de cualquier atadura y llega a testimonios, sentidos y personales. Por lo que logra marcar en
un mismo escenario situaciones ambiguas. Sabe unir la tragedia y la comedia al mejor estilo de su padre, el escritor y fotógrafo Juan Rulfo.Todos los temas se tocan de una manera especial. El amor, la religión, la política y la realidad que vive el mundo, se transforman en verdaderos relatos dignos de ser escuchados.
Se puede renunciar a todo menos a la herencia y a lo que la génetica regala. En el hoyo tiene vetas y un estilo con características de Rulfo padre, esa costante de dejar en manos del personaje la historia, hacer que lo que se cuenta salga de la boca de ellos. Esto es un legado, que se toma y no se deja.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Los locos queribles crecen y avanzan pero la ayuda económica se hace esperar






La radio es reconocida y distinguida por diversos especialistas de diferentes países. Pero si de beneficios se trata “los colifatos” no cuentan con la colaboración para poder sustentar los gastos y pagar la financiación.

A la hora de alagar y premiar lo realizado por radio La Colifata no faltan oportunidades. El resultado de lo que sale en el aire, es el producto del trabajo constante de su director Alfredo Olivera y su equipo, junto con la incondicionalidad de los internos del Hospital Borda.
En sus 17 años de “vida” la radio generó efectos favorables en los internos y logró romper en la sociedad mitos y temas tabúes relacionados con la locura.
Pero para La colifata no todo se basa en premios y reconocimientos. Su situación económica no es alentadora y cada año es un gran dolor de cabeza conseguir el dinero necesario para pagar el financiamiento de la radio. Tanto el Hospital Borda como el Estado, hacen oídos sordos a las necesidades de la radio, optando por no aportar ninguna suma de dinero.
“Estamos en un desastre económico. Somos famosos, conocidos, participamos en un montón de congresos, pero hoy no recibimos financiamiento de nadie”, expresó el director de La colifata, Alfredo Olivera, a Página/12.
El grupo Manu Chao tiene una relación especial con este proyecto. En 2006 la banda organizó un recital a beneficio. “Gracias a esto se financió el 65% de la radio” expresó Olivera en una nota dada a principios de mes. Este año la banda, lanzó a la venta su disco “La radiofonía” donde todos los beneficios económicos serán destinados a la radio de los internos del Borda. “Me han abierto puertas, me han hecho soñar de mil maneras diferentes” enunció el líder del grupo, Thomas Arthur Chao, a Clarín.
“En estos momentos de crisis ninguno de los especialistas se han ido, al contrario se ha sumado gente, pero la situación sigue siendo difícil”, expresó en una entrevista reciente, uno de los colaboradores, Pablo Cosani.
La realidad de la radio es esta, con todas sus vertientes. La colifata sufre de una marginalidad, que no tiene ningún tipo de relación con la aprobación de la sociedad. Acá la exclusión es de otra índole, la exclusión es económica. A pesar de los actos de beneficencia de algunos, lo cierto es que este sueño de los miembros del hospital camina de forma constante por un hilo delgado, que se puede cortar en cualquier momento.




El resultado de algo espontáneo
La radio más cuerda
Alfredo Olivera, su equipo y los internos del Hospital Borda, lograron construir con mucho esfuerzo La colifata.

Los sábados en el hospital Borda, se vive una fiesta en forma de radio, un encuentro que tiene como principales protagonistas a internos, ex internos, psicólogos, coordinadores y visitas. Una fiesta que dice llamarse “La colifata”, que comenzó en 1991 y todavía sigue de caravana.
La colifata comenzó siendo una columna en una radio comunitaria. Debido a su repercusión el público se encargó de elegir entre más de 40 opciones, el nombre para el espacio de los internos del Borda.
“A ellos les gusta llamarse “colifatos”. Parece que hay una diferencia entre el loco feo y peligroso y el colifato que ha logrado otra mirada desde el punto de vista de la sociedad”, expresó Alfredo Olivera-psicólogo y Director de la radio- a Página/12.
“Dejamos una marca en la cultura”, sostuvo Olivera en una entrevista realizada a principios de mes. En estos 17 años el equipo de La colifata ha logrado realizar un producto digno, mejorar la situación de los internos y despojar a los oyentes de esa mirada abrumada por los prejuicios en el tema de la locura.

La diferencia de ser boliviano


Son calmos y trabajadores. Se esmeran por conseguir aunque sea un mínimo crecimiento económico. Lidian todo el tiempo con la carga de no ser argentinos y de tener un color de piel diferente. Sin embargo, la comunidad boliviana, es una de las que más ha crecido en los últimos años.
Dejan su país con la ilusión de encontrar en Argentina las herramientas necesarias para poder progresar. Soportan ser explotados, trabajar en malas concisiones y ganar salarios míseros.
En cada esquina de Buenos Aires, hay un representante de la comunidad escribiendo su propia historia. Como es el caso de Carmen, una mujer que no soportó ver como su futuro se estancaba en una casona humilde de La Paz y decidió viajar a Argentina hace ya tres años.
Todas las mañanas se ubica en la cuadra de la calle Junín, Barrio Norte, y despliega sus mantas para poner sobre ellas las verduras que envuelve con gran prolijidad.
Para Carmen vivir en Argentina todavía es una tarea difícil y complicada. Aún hoy se sigue sintiendo afuera de la sociedad, nota la mirada cargada de prejuicios y discriminación de los que pasan por al lado suyo. Pero no pierde las esperanzas de que en un futuro, no tan lejano, la comunidad boliviana tenga el lugar y el respeto que se merece.

UN TANTO BIZARRO.

En la esquina de la Avenida Córdoba y Junín, se encuentra la plaza Housey. Esta es conocida por la infinidad de puestos callejeros, donde artesanos de diferentes nacionalidades, ponen en venta el resultado de su imaginación.
Hay diversos puestos, pero hay uno en particular que llama la atención. Latas de cervezas, de marcas conocidas como Quilmes y Brahma, se convirtieron en la musa inspiradora de Juan, un colombiano, que todos los días pone a la venta, vasos-lata, como a el le gusta llamar.
La gente frena en el puesto de Juan, los mira, son simples, pero raros, son las típicas latas que cualquiera compra en un quiosco, pero tienen manijas doradas, las que le dan un toque distinguido y original.
Los vasos-lata, cuestan $12, el que los compra tiene la posibilidad de elegir si lo quiere envuelto para regalo o prefiere llevárselo en una bolsa de plástico. En estos vasos se puede tomar cualquier bebida, pero según Juan, la cerveza en uno de ellos tiene un sabor especial.

Abuelas de corazón, amigas del alma



Su amistad comenzó a través de una misión: encontrar a sus hijos, yernos y nietos desaparecidos durante la última dictadura militar de 1976. Con el tiempo la relación de estas dos buenas amigas se forjó con el camino recorrido juntas, la lucha constante y la fortaleza de seguir adelante.
La relación de Raquel Marispurrena (77) y Aidé Lemos (89) es una de esas historias de vida dignas de ser escuchadas. Un amistad que comenzó en un momento de desesperación e incertidumbre y que hoy ,32 años después, sigue en pie y más fuerte que nunca.
Marispurrena y Lemos se conocieron en 1976 cuando se incorporaron a Madres de Plaza de Mayo y desde ese momento se hicieron amigas y compañeras. Juntas recorrieron un camino lleno de trabas y obstáculos que debieron sortear.
Ambas compartían el dolor y la angustia que genera tener un familiar desaparecido y quizá fue ese dolor el que las unió.
La lucha de Aidé comenzó con la búsqueda de su hija, Mónica María Lemos, embarazada de ocho meses, su yerno, Gustavo Antonio Lavalle y su nieta María José Lavalle Lemos, nacida durante el cautiverio. Todos desaparecidos el 21 de julio de 1977. Al igual que su amiga, Raquel, se incorporó a Madres de Plaza De Mayo para obtener datos y localizar a su hija, su yerno y un nieto/a desaparecidos el 11 de octubre de 1976. En 1977 deciden ingresar en Abuelas de Plaza de Mayo y continuar con su misión.
“Trabajamos todo el tiempo juntas, recorríamos juzgados, cárceles y cualquier otro lugar que nos diera pistas para poder encontrar a nuestros seres queridos. Muchas veces nos trataron de locas, nos cerraron puertas en la cara y nos dieron la espalda pero con Raquel seguimos adelante”, recuerda Aidé de aquellos primeros años cuando comenzaron esa búsqueda que ellas deciden llamar “la búsqueda eterna”.
Las dos amigas sabían que el camino que habían emprendido era largo, complicado y peligroso. La gente que debía acompañarlas, contenerlas y ayudarlas decidieron darles la espalda.”Mi hijo y mi nuera (embarazada de 5 meses) desaparecieron el 11 de octubre y al otro día mi familia me soltó la mano. Fue Aidé la que caminó a la par mía, la que me ayudó cuando ya no tenía fuerzas y me hizo ver que esta era mi misión en la vida” comenta emocionada Raquel.
La relación de estas dos abuelas del corazón está marcada por una interminable cantidad de anécdotas y recuerdos que nunca se cansarán de contar.
“Una de las tantas veces que fuimos al juzgado de San Isidro con Raquel nos encontramos con una mujer que con solo mirarla nos dimos cuenta que ella sentía el dolor que provoca la desaparición inesperada de un ser querido. La señora se abrió y nos contó su historia. Desde ese día se sumó a la lucha, hoy es una abuela más”, relata Lemos contando uno de los tantos recuerdos que la une con su amiga.
El 28 de octubre de 1987 fue un día muy especial para las Abuelas de Plaza de Mayo, en particular para Aidé. María José Lemos, su nieta, fue restituida a su verdadera familia después de 10 años de búsqueda. A pesar de haber encontrado a su nieta, Lemos siguió en la asociación apoyando a Marispurrena y a las demás abuelas que no corrieron con la misma suerte que ella. “Cuando Aidé encontró a su nieta nos sentimos realizadas”, expresa Raquel.
Hace 32 años la lucha y el amor las unió, el tiempo se encargó de convertirlas en amigas del alma y demostrarles que el camino de la vida siempre es más fácil si se lo recorre con alguien a la par. Raquel y Aidé caminaron juntas y lograron que el dolor y la incertidumbre no terminaran con ellas.





El fruto de la búsqueda
Fueron diez años llenos de encontronazos, de pistas frustradas y de datos truncados. Diez años de intrigas y desesperación pero también de esperanza y dedicación. Aidé Lemos nunca bajó los brazos y la búsqueda intensa le devolvió una parte de lo que la dictadura de 1976 le arrancó sin compasión: su nieta.
María José Lemos nació durante el cautiverio de sus padres Mónica María Lemos y Gustavo Antonio Lavalle, secuestrados por los militares el 21 de julio de 1977. Al tiempo de haber nacido la pequeña María fue inscripta como hija propia de una sargenta de la policía bonaerense, Teresa Gonzáles y su marido Nelson Rubén.
“Mi infancia estuvo marcada por silencios. Nunca me quisieron mostrar una foto de cuando era bebé y muchos menos contar como había sido el momento de mi nacimiento. Ante cualquier pregunta el silencio era la respuesta”, expresa María José.
A partir de 1985 comenzaron a llegar a Abuelas de Plaza de Mayo denuncias acerca de esta familia y su vinculación con la niña. En 1986 se inició una causa penal donde el juez ordenó una pericia genética que dio como resultado que María José Lemos era hija de Mónica y Gustavo.
El 30 de octubre de 1987, con tan solo diez años la pequeña volvió con Aidé Lemos, su abuela.” Fue un momento inolvidable, cuando me encontré con mi abuela. Gracias a ella y a su búsqueda hoy puedo saber quien soy y quienes eran mis verdaderos padres”, sostiene María con lágrimas en los ojos como cada vez que cuenta su historia.

RODOLFO WALSH: El periodista valiente


Flaco, no muy alto, cara huesuda y de buen semblante, eran los rasgos que identificaban a Rodolfo Walsh. Un luchador nato, un escritor y hombre valiente, que alzó la bandera de poner en palabras lo que se pensaba.
Walsh levó una vida vertiginosa, desde su niñez en Choele-Choel hasta sus últimos días en su casa de San Vicente, junto a Lilia Ferreira su mujer y compañera de vida.
Sabía divertirse y hacer divertir a los demás, halagaba a los que respetaba. Se definía como un “gozador de la vida”. No se privó de nada, creó vínculos indestructibles entre elementos que otros no habían podido unir: periodismo, ficción, verdad y justicia.
Rodolfo Walsh se animó a decir lo que muchos callaban y desafió las mentiras de la autoridad.
Militante de la organización montoneros, hombre claro y estratega, supo ser un gran escritor sin dejar de lado su forma de pensar. Utilizó la literatura como disparador de temas donde la justicia no existía y decir la verdad parecía un delito.
Las cosas que más quería eran: Lilia, sus hijas, el trabajo oscuro que hacía , los compañeros, el futuro, los que no obedecen, los que no se rinden , los que piensan, forjan y planean, los que actúan, la revelación de lo escondido, la alegría de todos, la gente abrazándose, el amor de pareja y la esperanza.
La Carta Abierta de un escritor a la Junta Militar, fue la última pieza que movió Walsh, testimonio revelador y preciso, que le costó la vida el 24 de marzo de 1974, día que el gobierno militar cumplía un año de mandato.

El documental que merece ser visto


“Bolivia para todos” desarrolla los conflictos entre los partidarios de la revolución demócrata y cultural impulsada por el presidente Evo Morales y los sectores opositores a su gobierno.

Todo puede pasar en el país de los contrastes. Bolivia es un lugar donde se puede ver un auto de lujo en una calle de tierra, una mamá colla con su bebe pidiendo una moneda para poder mantener a su hijo, mientras otros comen en restaurantes caros donde el plato de comida sale más de lo que gana un campesino. Donde los ricos o blancos exigen y los pobres obeceden.
En el documental de Emilio Cartoy Díaz y Cristian Jure se muestra la brecha de ideas, intereses políticos y sociales que se dan entre las clases medias y altas “blancas” de la media luna, el Beni y Santa Cruz de la Sierra y los pueblos originarios, hoy a cargo del poder.
Los testimonios de Evo Morales, el ex presidente Carlos Mesa, y el Vicepresidente Álvaro García, como así también las entrevistas a Felipe Pigna, Rogelio García Lupo y Adolfo Perez Esquivel, aportan su mirada crítica sobre el conflicto por la autonomía y la consagración de una nueva Constitución, que pretende ser para todos los ciudadanos, sin importar raza, religión o ideología.

SOY TU FAN


El fanático del fútbol ya no es incondicional


Son los que encienden la chispa, los que llenan de color los estadios con sus banderas, globos y bengalas. Se encargan de poner el ambiente en el punto justo y se los considera los verdaderos responsables de hacer temblar cualquier cancha cuando el club de sus amores sale por la manga.
En Argentina los fanáticos del fútbol rompen las reglas y se diferencian del resto. Este hincha deposita en sus ídolos un voto de confianza que no tiene porque ser de por vida. Su incondicionalidad puede terminarse cuando los resultados no son los esperados y el rendimiento del plantel no colma las expectativas. El gran amor que sentían por sus ídolos puede transformarse en un odio reprimido y un repudio constante.
¿Por qué sucede esto? ¿Qué es lo que se quiebra entre el hincha y el equipo? ¿Por qué el fanático ya no es incondicional? La filósofa Ana María Descalzo sostiene que “El fútbol es el tacho de residuos donde el fanático deposita todas sus frustraciones acumuladas, por eso no soporta cuando su ídolo también fracasa”.
El fanático parece perdonarlo todo mientras su equipo gane y sume los tres puntos que le permitan seguir en lo más alto de la tabla. Pero una mala jugada, una patada que genere una tarjeta amarilla o un gol en contra se transforman en los promotores de insultos, silbidos y canciones cargadas de reproches.
“Cuando se merecen los aplausos y reconocimientos el hincha se los da, pero cuando ves a tu equipo que regala el partido, los silbidos y abucheos que reciben también los tienen se los tienen merecidos”, expresa Alfredo un fanático de Racing y agrega “es una manera de demostrarles que la hinchada no se quedó conforme con su forma de jugar y que para el próximo partido las cosas deben cambiar”.
El fanático se transforma en el juez de una corte donde jugadores y técnicos deben escuchar el veredicto. El fallo de esta corte muchas veces no es el más alentador. En estos años el hincha le bajó el pulgar a varios planteles generando la renuncia directa de los entrenadores.
La selección el ejemplo constante. Marcelo Bielsa y Alfio Basile sus pioneros. El ciclo de Bielsa comenzó en 1998 cuando remplazó a Daniel Pasarella. En 2002 el equipo del loco- como lo apodan- no obtuvo el resultado esperado en el Mundial de Fútbol de ese año. Desde ese momento los fanáticos del seleccionado nacional comenzaron a criticar al entrenador y el rendimiento del plantel. Esta situación, tensa, entre Bielsa y la hinchada se sostuvo durante de dos años y terminó con la renuncia del primero.
La era Basile duró menos. Los resultados no eran alentadores, los partidos aburrían a los hinchas y la selección no le daba a sus fanáticos el característico fútbol argentino reconocido en el mundo.
La derrota frente al seleccionado chileno por las eliminatorias del mundial 2010, fue la gota que renvalsó el vaso. Superado por la situación Alfio Basile decidió terminar su segundo ciclo como entrenador de la Selección Argentina de fútbol. Asumiendo en lugar Diego Armando Maradona.
“Lo que refleja el fútbol es el crecimiento de la intolerancia a las frustraciones”, analizó la Psicóloga Alicia Bonelli y agregó “Esto demuestra que como sociedad no hemos madurado”.
El hincha se termina cegando, se le torna imposible entender que el club del cual es seguidor no logró obtener lo que tanto esperaba. Es en este momento donde el vínculo entre el fanático y el jugador se disuelve. Cuando el primero no ve reflejado en el segundo el éxito y el progreso, en ese instante todo termina, y comienza otra etapa marcada por la indiferencia y el rechazo.
“El fútbol es pasión y no razón el hincha no piensa el resultado lo sufre y lo padece; el fanático es un fundamentalista, alguien que no puede ver el partido con objetividad” sostiene Descalzo.
La relación fanático-ídolo es un constante tire y afloje, un interminable pase de facturas donde los reclamos estarán siempre a la orden del día. Los sentimientos encontrados y ambiguos se convierten en esenciales condimentos de este vínculo y se hace imposible imaginar un hincha que no repudie a su admirado equipo por no transpirar la camiseta, no ganar un clásico y no salir campeón por varios torneos.
“Este deporte mueve multitudes, genera pasión y euforia por eso es tan difícil encontrarle la cuota de racionalidad al fútbol” comenta Bonelli.
Los años podrán cambiar los modelos de camisetas, modificar los estadios, hacerlos más grandes y modernos, pero el fanático siempre le soltará la mano a su club cuando ya no sienta la misma satisfacción al verlos, cuando sientan que no juegan con el corazón y el alma sino con la cabeza y el bolsillo. En ese momento ellos toman aire y deciden gritar: “Yo ya no soy tu fan”.
Distinción de TEA y Deportea

Las jóvenes promesas del medio
recibieron su Premio Estímulo

Las escuelas realizaron el 25 de noviembre la 22da entrega del galardón que distingue a diferentes periodistas.

El periodismo joven tuvo su estímulo. El martes 25 de noviembre la Sala Pablo Picasso se vistió de fiesta. Estaba lista para comenzar la 22da entrega de los Premios Estímulos al periodismo joven en los rubros diarios, revistas, televisión y radio, esta vez bajo la conducción de Fernando Bravo.
El conductor dio la bienvenida y comenzó la noche con la entrega de menciones especiales para aquellos proyectos y equipos de producción por su esfuerzo y labor periodística. Corcoveando, Cuentos de la Villa escrito por alumnos de la escuela Nº 40(Villa Cárcova, José León Suárez) se llevó la primera mención.
Los segundos en subir al escenario fue el equipo de producción de Canal 7 por su cobertura en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Beijing 2008, donde el co-director de Deportea, Guillermo Blanco, les otorgó la mención. A ellos les siguieron el periodista Claudio Cherep destacado por su labor con el Periodista Ambulante y el Festival Latinoamericano de Video de Rosario.
Por último el sitio www.eldeporteeshistoria.com.ar de Agustín Colombo-egresado de Deportea- y el Blog Así…no creado por alumnas de 3º año de TEA también recibieron su distinción.
Los Premios Estímulos ya estaban en marcha, la emoción, los recuerdos y la alegría estuvieron a flor de piel desde comienzo a final. Finalizada le entrega de las menciones especiales el conductor dio paso a la lectura de los ganadores de los diferentes rubros divididos en periodismo general (TEA) y periodismo deportivo (Deportea).
El periodista de Página/12 Werner Pertot fue la primera joven promesa en subir al escenario y recibir su premio en el rubro diario, emocionado agradeció el premio y expresó su agradecimiento. Compartiendo el rubro pero por su labor en el diario Clarín en la sección deportes, Hernán Sartori se hizo acreedor de un Estímulo.
Violeta Gorodischer también fue reconocida por su trabajo en las revistas OhLalá y Radar, seguida por Martín Mazur premiado por su desempeño en la revista El gráfico.
El especialista en cine, Axel Kutchevasky se encargó de entregarle al siempre divertido y extrovertido Sebastián De Caro su Premio Estímulo por su desempeño en Radio Metro. Con el premio en mano De caro agradeció a modo de chiste “a todas las mujeres que me declaré estos años y no me dieron bola pero si me dieron mucho para hablar en la radio”. En la misma sección pero por su labor en Radio Rivadavia fue destacado Rodrigo Villalonga.
El trabajo de producción en radio también tuvo sus premiados. El equipo de Basta de todo y Mundo Ascenso recibieron su llamita por su labor, trabajo y dedicación.
Mauro Szeta recibió un galardón en el rubro televisión tarea periodística por su trabajo en el noticiero de Canal 13 y TN. “Agradezco a la gente que nos brinda una nota, a los jefes narcos, los ladrones y sobre todo a mi mujer que Liliana Caruso que siempre me acompañó”, expresó a modo de agradecimiento el periodista. En el mismo rubro fue distinguido Pablo Stecco de ESPN.
Los últimos ganadores fueron los equipos producción de TN Ciencia (TN) y Deporte Argentino (Encuentro/Canal 7).
Como cierre todos los premiados y destacados fueron invitados a subir al escenario para sacarse una foto colectiva que quedará guardada en la historia de estos premios que con su reconocimiento siguen apostando a los jóvenes talentos.